Durante los meses de octubre y noviembre de 2025, los estudiantes de primer grado del nivel secundario del Liceo Padre Fantino vivieron una experiencia formativa única: el Taller de Robótica Educativa con LEGO EV3. En total, 22 estudiantes provenientes de las cuatro secciones de primero participaron en esta capacitación que combinó tecnología, creatividad y aprendizaje práctico, bajo la guía de los facilitadores Braulio Castillo y Carlos Joel Mejía. Para muchos, fue su primer acercamiento profundo al mundo de la robótica, lo que convirtió cada jornada en un espacio de descubrimiento y entusiasmo.
Desde el primer día, los participantes se adentraron en la robótica como una disciplina capaz de unir ciencia, ingeniería y programación en un solo objetivo: dar vida a una creación construida con sus propias manos. La primera parte de la formación se enfocó en conocer detalladamente los componentes del kit LEGO Mindstorms EV3. Los estudiantes exploraron las piezas una por una, identificando motores, sensores y estructuras que más tarde formarían parte del robot. La actividad de inventario y manipulación del material generó un ambiente de curiosidad genuina, donde cada pieza representaba una nueva posibilidad.
Uno de los momentos más emocionantes fue la construcción del Robot Educador, el modelo base utilizado durante el taller. En equipos de trabajo, los estudiantes colaboraron para ensamblar cada sección del robot siguiendo instrucciones visuales y tomando decisiones conjuntas para lograr un ensamblaje limpio y funcional. Este proceso fue mucho más que unir piezas: fortaleció la comunicación, la paciencia y la capacidad de organización. Ver el robot terminado por primera vez fue una experiencia de logro compartido que motivó a los jóvenes a seguir avanzando.
La programación representó el siguiente gran reto. Utilizando el software LEGO EV3 Classroom, los estudiantes aprendieron a crear sus primeros programas mediante bloques visuales. Iniciaron con instrucciones simples, como avanzar, retroceder y girar, pero pronto fueron integrando elementos más complejos como sonidos, control preciso de motores y secuencias de acciones encadenadas. Cada programa creado se convertía en un nuevo experimento que les permitía observar, corregir errores y comprender mejor el funcionamiento lógico del robot. Los estudiantes descubrieron que programar no era solo mover bloques, sino pensar en pasos, prever comportamientos y diseñar soluciones.
A medida que avanzaba la capacitación, se incorporó el uso de sensores, un componente fundamental para que el robot pudiera interactuar con su entorno. Los estudiantes aprendieron cómo el sensor táctil permite detectar contacto, cómo el sensor de color identifica superficies y cómo el sensor ultrasónico mide distancias. Con estos conocimientos, ejecutaron desafíos como detenerse ante una pared, frenar al detectar un color específico o esquivar obstáculos dependiendo de la proximidad. Estos ejercicios hicieron evidente la capacidad del robot para “sentir”, lo que despertó aún más la curiosidad y el interés de los jóvenes por seguir explorando.
El trabajo en equipo fue un valor constante durante toda la experiencia. Cada grupo debía distribuir roles, colaborar en la resolución de problemas y tomar decisiones conjuntas durante la construcción y la programación. Aunque los desafíos exigían concentración, también dieron lugar a risas, ideas creativas y momentos de compañerismo que fortalecieron la dinámica de cada equipo. La robótica se convirtió así en un puente entre el aprendizaje técnico y la formación humana.
La experiencia culminó con la puesta en práctica de todo lo aprendido, en una jornada donde los estudiantes presentaron las funcionalidades logradas en sus robots. Los facilitadores destacaron el compromiso, el entusiasmo y la capacidad de adaptación mostrada por los 22 participantes, quienes asumieron cada desafío con responsabilidad y curiosidad. Muchos estudiantes manifestaron su deseo de seguir aprendiendo sobre robótica, lo que evidencia el impacto positivo del taller en su motivación académica y personal.
El Taller de Robótica Educativa con LEGO EV3 no solo cumplió su objetivo pedagógico, sino que también marcó el inicio de un camino prometedor para los jóvenes de primer grado. La robótica se convirtió en una ventana hacia nuevas posibilidades, donde la creatividad, la lógica y la tecnología se unieron para transformar el aprendizaje en una experiencia significativa. Gracias a la dedicación de los facilitadores y al compromiso del centro educativo, este taller dejó huellas importantes en el desarrollo de cada uno de los estudiantes participantes.
